sábado, 21 de abril de 2007

Los medios de comunicación aportan valores esenciales.

OBSERVATORIO DE MEDIOS

Por Silvana Vizio

Resumen:
Aportes de los medios de comunicación a la educación en Valores Esenciales.
Los medios de comunicación pueden aportar positivamente Valores Esenciales a la Educación y de hecho a la democratización de las sociedades Cómo aprovechar los mensajes de los medios para promover la práctica de esos valores y ayudar a sensibilizar sobre cómo mejorar la convivencia humana es, quizás un aporte necesario que deberían tener en cuenta en el presente inmediato y pensar que los inconvenientes económicos momentáneos, luego, en el futuro mediato, se traducirán en beneficios generales para toda la sociedad.

Hipótesis:
Los Medios de comunicación tratan de incorporar valores esenciales a la audiencia insensibilizada.

Desarrollo:
Los jóvenes han comenzado a vivir situaciones de crisis familiar, laboral, social…. De estos espacios se extraía en el pasado, el sentido de la vida individual. Ante la "caída" de estos mundos, se puede decir que la familia ya no posee la misma función de transmisión de valores y que los jóvenes están más expuestos a los discursos mediáticos. La transmisión de los valores ha estado históricamente en manos de los padres y los maestros; pero pareciera, en los últimos tiempos, que ya no son ni la familia ni la escuela los únicos lugares legitimados para la transmisión del conocimiento y de los valores ni siquiera para marcar padrones-ejes de conducta.(1)
La influencia que ejercen los medios de comunicación en los ciudadanos se produce mediante un proceso dinámico en el que se juegan espacios y vacíos de poder, intereses económicos, sociales, políticos y culturales. La experiencia y la interrelación de las personas con su entorno es requisito para el aprendizaje.(2)


Los medios hoy en día, logran una influencia considerable en la educación de los niños y jóvenes. Algunos de ellos, tienen una postura crítica sobre lo que sus pares trasmiten y desde su lugar, tratan de fortalecer esta ausencia de valores esenciales que emerge mayoritariamente en las sociedades modernas tecnificadas.(3)

Tal es el ejemplo del programa radial del locutor Rolando Hanglin, que, con criterio realista, evoca todas las tardes situaciones personales con su audiencia desde un lugar ameno y cordial; desprovisto de una visión sesgada: como observador objetivo. Sus diálogos enriquecen el espíritu de cualquier ser humano y consiguen transportar al oyente al escenario mencionado, poniendo en funcionamiento la riqueza incomparable de la imaginación. Dividido en diferentes” segmentos”, así lo llama él, trata diversos temas para una audiencia más amplia, con códigos éticos y pertinentes adecuados al horario. La idea es entretener, sin prejuzgar las acciones de aquellos oyentes que se comunican; con el apoyo de un formato bien planificado y así intentar desde el medio de comunicación, sin perjuicio económico propio, la Introspección de valores históricos esenciales ausentes en la sociedad actual. Estos formatos, también están siendo utilizados en los otros medios, tanto televisivos como gráficos, tal es el ejemplo en T.V. “Cuéntame cómo pasó….” y en gráfica los distintos fascículos coleccionables de diarios, que con un lenguaje coloquial (aunque trate temas culturales) lleva al lector a seguir la continuidad de la historia hasta el final. (3)

La cultura es “incorporada”, “encarnada”, pero no por ello es menos íntima, interior; opera a través de intercambios incesantes entre el medio existencial y la conciencia. La comunicación, naturalmente, tiene mucho que ver con la transparencia empresarial. (4) Ante lo complejo de las relaciones sociales la vida espiritual necesita enriquecerse y fortalecerse.(2) Aunque la esfera espiritual del hombre tiene una correspondencia directa con las condiciones
materiales en que vive el mismo, sería erróneo no considerar la relativa independencia que existe entre las mismas. Hay que reconocer que existen valores universales propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las características propias de una generación; y de un lugar específico del mundo. Por eso el estado de los valores humanos se determinan por la relación que existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos específicos propios de una época y de una situación social dada (5).

El mundo de hoy inmerso en profundas
crisis económicas, políticas, financieras y sociales retoma un nuevo redimensionamiento de los valores humanos, pero es necesario primeramente, identificarlos y determinar cuál es el contenido de ellos en la generación de hoy, en correspondencia con las condiciones en que se vive. Esa es la tarea que tenemos planteada en estos momentos para poner en el lugar que le corresponde, para perfeccionar su actitud y para hacerlo más efectivo en su papel.

Conclusión:
Hoy es preocupante la involución de los valores esenciales .Como el valor humano depende en lo fundamental del medio social en que se desenvuelve, es importante la forma en que se asimilan esas condiciones sociales. Los medios de comunicación tienen una parte de responsabilidad por ser un vehículo de transmisión muy importante. Si solo muestran interés en lo comercial y se olvidan de los valores fundamentales que forjan el camino fructífero para el futuro de toda sociedad, están olvidando su función primordial: COMUNICAR para SERVIR al OTRO desde toda ETICA, por sobre todos los intereses monetarios. Ayudando y colaborando en conjunto con las demás instituciones responsables en la educación del individuo.



Notas de Autores:
Según González Rey, "los valores son todos los motivos que se constituyen, se configuran, en el proceso de
socialización del hombre(...) Un valor se instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores formales, que regulan el comportamiento del hombre ante situaciones de presión o control externos, y creo que no son los que debemos formar, y los valores personalizados , expresión legítima y auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi opinión, los valores que debemos fomentar...(1)

Berkowitz, M. W. señala que el trabajo más valioso sobre valores fue desarrollado por Rokeach en 1973, el cual definió al valor " como una preferencia permanente para una conducta en concreto o para un estado final de ser", lo cual incluye tanto un claro componente cognitivo (una creencia) como un componente afectivo (la evaluación). Para Berkowitz, " los valores y rasgos de carácter se encuentran estrechamente relacionados con características de definición que se solapan". Este propio autor destaca que se utilizan como sinónimos los términos "valores", "carácter", "valores morales", "educación moral", "educación en valores" y que se ofrece una escasa definición de los mismos (1) Es importante remarcar la idea de que esta asimilación de las condiciones histórico - sociales se encuentra vinculada a las relaciones interpersonales. El valor humano siempre tiene incidencias en la actitud de una persona hacia otra, derivada de las condiciones en que se producen esas relaciones interpersonales (2) La personalidad se forma bajo el conjunto de las relaciones sociales, por lo que el hombre es un producto bio- psico-social y que responde a las condiciones del momento y del lugar que le corresponde y se desenvuelve. (2)
El proceso de formación de la personalidad tiene lugar por diversas vías y cada una tiene su especificidad. Podemos citar: la familia, las instituciones educacionales, las organizaciones políticas y de masas, los medios de difusión masiva, las Organizaciones Empresariales, etc.(2)

La previa identificación de públicos metas e intereses mutuos entre los mismos y la entidad correspondiente; sin embargo, entre este paso y la elaboración de un programa de medios y acciones de comunicación resulta imprescindible la creación de una estrategia del mensaje a trasmitir; o sea, el concepto o idea a persuadir, tanto en lo que se refiere a su contenido como a sus elementos formales. (3) "estrategia del mensaje" --argumentos e imágenes-- (Yion). De ahí que, resumiendo, el conjunto de pasos a dar para acometer una proyección de esta índole, independientemente de los diversos matices con que son abordados en la bibliografía, implica en esencia :Un estudio, auditoria o investigación previos (análisis situacional), la proyección de estrategias generales ( a.-identificación de intereses entre la entidad y sus públicos y definición de los objetivos comunicativos, b.- elaboración de la estrategia creativa del mensaje, tanto en contenido como para el manejo de medios e imágenes) Plan o programa concreto para el empleo de los medios y acciones de comunicación Designación y adiestramiento de los agentes de cambio, en casos necesarios Ejecución y control parcial y final del proyecto.

El montaje de la auditoria o investigación previa puede partir de las diferentes situaciones o estadios que se advertirían a través de un pre- diagnóstico basado en el "briefing" (información de entrada) realizado y entregado por la propia entidad. Este paso es susceptible de realizarse por la empresa o institución siguiendo una guía preestablecida. La información obtenida así será un material de gran utilidad para el especialista, sobre cuya base podrá proyectar e iniciar la investigación pertinente. (3).

Las mejores compañías hoy son las que se “desnudan”, término empleado en sus conferencias por Don Tapscott Tapscott afirma que la transparencia, o desnudez, es “la gran idea” de la gestión actual de las empresas. Añade que constituye una fuerza imparable, reforzada por los recientes escándalos protagonizados por grandes corporaciones multinacionales y estimuladas de manera permanente por el creciente escrutinio del sistema que ejerce la opinión pública en todo el mundo. (4) En sentido amplio, la actividad de los negocios existe al menos desde que los antiguos sumerios emprendiesen -según Samuel Noah Kramer- una actividad comercial amplia y registros contables hace casi seis mil años.

Pero los negocios no han sido siempre la empresa básica y respetable que es en la sociedad moderna, y durante la mayor parte de la historia la concepción ética de los negocios ha sido casi totalmente negativa. Aristóteles, que merece ser reconocido como el primer economista (dos mil años antes de Adam Smith) distinguió entre dos acepciones diferentes de lo que denominamos economía. Uno era el oikonomíkos o comercio doméstico, que aprobaba y consideraba esencial para el funcionamiento de cualquier sociedad incluso poco compleja, y el chrematisike que es el comercio para el lucro. Aristóteles consideraba esta actividad totalmente desprovista de virtud y a quienes se dedicaban a estas prácticas puramente egoístas los denominaba «parásitos». El ataque de Aristóteles a la práctica repugnante e improductiva de la «usura» estuvo en vigor virtualmente hasta el siglo XVII. Sólo participaban en prácticas semejantes los foráneos, situados al margen de la sociedad, pero no los ciudadanos respetables. (El Shylock de Shakespeare en El mercader de Venecia, era un «outsider» y un usurero.) Esta es, en un gran lienzo histórico, la historia de la ética de los negocios -el ataque global a los negocios y a sus prácticas. Jesús expulsó del templo a los que cambiaban moneda, y los moralistas cristianos desde San Pablo a Santo Tomás y Martín Lutero siguieron su ejemplo condenando taxativamente la mayor parte de lo que hoy honramos como «el mundo de los negocios».

Pero si la filosofía y la religión dirigieron la condena de la ética de los negocios, también éstas protagonizaron el drástico vuelco hacia los negocios a comienzos de la época moderna. Juan Calvino y luego los puritanos ingleses enseñaron las virtudes de la frugalidad y la diligencia, y Adam Smith canonizó la nueva fe en 1776 en su obra maestra La riqueza de las naciones. Por supuesto, la nueva actitud hacia los negocios no fue una transformación de la noche al día y se asentó en tradiciones con una dilatada historia. Los gremios medievales, por ejemplo, habían creado sus propios códigos de «ética de los negocios» específicos para la industria mucho antes ele que los negocios pasaran a ser la institución central de la sociedad, pero la aceptación general de los negocios y el reconocimiento de la economía como estructura central de la sociedad dependieron de una nueva forma de concepción de la sociedad que exigió no sólo un cambio de sensibilidad religiosa y filosófica sino, subyaciendo a ésta, un nuevo sentido de la sociedad e incluso de la naturaleza humana. Esta transformación puede explicarse en parte en términos de desarrollo urbano, de sociedades mayores y más centralizadas, de la privatización de los grupos familiares como consumidores, del rápido progreso tecnológico y del crecimiento de la industria y el desarrollo asociado de las estructuras, necesidades y deseos sociales.

Con la obra clásica de Adam Smith, lo chrematisike se convirtió en la institución central y la virtud principal de la sociedad moderna. Pero la devaluada versión popular («la codicia es buena») de la tesis de Smith difícilmente favoreció al objeto de la ética de los negocios («¿no es eso una contradicción en los términos?»), y la moralización sobre los negocios conservó su sesgo antiguo y medieval contra esta actividad. Hombres de negocios como Mellon y Carnegie ofrecieron conferencias públicas sobre las virtudes del éxito y la nohlesse oblige de los ricos, pero la ética de los negocios como tal fue desarrollada en su mayor parte por socialistas, como una continua diatriba contra la amoralidad de la mentalidad de los negocios. Sólo muy recientemente una concepción más moral y honorable de los negocios ha empezado a dominar el lenguaje de los negocios, y con ella se ha extendido la idea de estudiar los valores e ideales subyacentes de los negocios. Podemos comprender cómo la libertad del mercado siempre será una amenaza a los valores tradicionales y contraria al control gubernamental, pero ya no podemos llegar retóricamente a la conclusión de que el propio mercado carece de valores o de que los gobiernos sirven mejor que los mercados al bien público. (5 )


Bibliografía consultada:
Programa de Radio 10 del conductor Rolando Hanglin.
Programa de T.V. Española “Cuéntame cómo pasó…”
Fascículos Coleccionables del Diario “La Nación”.
AGUILAR DIAZ, Cándido. Fortalecimiento de valores: Una necesidad de todos los tiempos — Camagüey: ISPJM, 1998.
GONZALEZ REY, Fernando. La educación moral. – p. 100 – 111. – En su:
Comunicación, personalidad y desarrollo. – La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 1995.
N. Yion, Selección de Lecturas de Propaganda, t. 1, Ed. Enspés, La Habana, 1982
Pesxoux, François, Masse a classe, París, Casterman, 1972. Traducción espa ñola: Masa y clase, Madrid, Redondo, 1973.

Polución Visual en la Vía Pública

OBSERVATORIO DE MEDIOS

Por Clara Fernandez Jáuregui

Introducción:
En los últimos años, la Publicidad de Vía Pública, se ha incrementado tanto en su cantidad como en su distribución dentro de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, provocando la Polución Visual
[1].

Hipótesis:
La Publicidad de Vía Pública es una de las principales causantes de la polución visual en la Ciudad de Buenos Aires y conurbano.

Desarrollo:
El tema de la publicidad es difícil de controlar sin una buena legislación, y no solo en cuanto a ubicación sino también en cuanto a calidad, cantidad y seguridad; pero incluso, existiendo esa reglamentación, los organismos que efectúan el control del cumplimiento de las mismas, permiten la ubicación de los carteles en cualquier lugar de la ciudad y en cualquier tamaño. Por lo tanto, observamos que la Publicidad de Vía Pública
[2] ha venido reproduciéndose a grandes pasos, cubriendo las calles de la ciudad y el conurbano, lo que representa un impacto negativo para el ambiente, a pesar que se tiene conocimiento de que la publicidad de Vía Pública es un medio generador de riqueza para muchas empresas. Pero, resulta evidente que la ciudad constituye el hábitat cotidiano donde las personas nacen y viven, y todo aquello que afecte ese lugar es un elemento contaminante[3].

A diferencia de otras publicidades que se puede elegir mirar o no, los carteles utilizan el espacio público, donde todo tipo de personas y de distintas edades, tienen acceso a ellos. En este tipo de publicidad, no existe posibilidad alguna de evadirla, permanecen en un lugar día y noche. Los carteles de la vía pública eliminan la posibilidad de elegir que mirar y que no. En la Ciudad Buenos Aires como en su conurbano, en muchísimos casos, se han destruido árboles para instalar carteles o se los han podado para que resulten más visibles. “La problemática de la contaminación visual provocada por la cartelería se podría definir en cuatro aspectos: Cantidad. (Existen demasiados), Tamaño. (Prácticamente no tienen límites), Ubicación. (Se encuentran en cualquier lugar que uno mira), Mensaje. (Muchas veces es de dudoso buen gusto o inapropiado para el medio en que se encuentra)”[4].

Además, el aumento de los avisos y las vallas en la ciudad, están instalados de manera tal que interfieren de forma agresiva en las estructuras de los edificios y casas porque necesitan apoyarse sobre las edificaciones causando un desequilibrio visual en las terrazas y fachadas, causando no solo problemas en los edificios y de contaminación visual, sino que, también, causan la distracción de los conductores, a través de su diseño, la forma de impresión y/o la forma de comunicación (estática, movimiento, 3D). Incluso a la noche, tampoco la gente se “libera” de los avisos, ya que la excesiva iluminación comercial en los carteles y negocios, contribuye, a tal exposición visual, a la distracción de los conductores y de los peatones provocando accidentes. Y, por eso, para evitar estos problemas, es necesario contar con regulaciones y controles estrictos por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para que pueda proteger las características propias de la sociedad, la calidad de vida, el medioambiente y la economía local; ordenando la obligación de ubicar los carteles sólo en determinados lugares y determinada cantidad en la ciudad evitando que la situación actual empeore. Por lo tanto, y según la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad tiene la “obligación de desarrollar políticas de preservación de la calidad visual para sus habitantes (Artículo 27, inciso 2). También la Ley 71 de la Ciudad de Buenos Aires, a través de la cual se crea el Consejo del Plan Urbano Ambiental contiene, como uno de sus objetivos principales, el deber de asegurar a todos los habitantes de la ciudad el derecho a circular y habitar en áreas libres de contaminación visual y sonora (Artículo 12, inciso f). Por su parte, si bien la Ordenanza 41.115 sistematiza el régimen de la publicidad en vía pública pero no contempla en su articulado la problemática de la contaminación visual.

A fines del año 1997, el Gobierno de la Ciudad fue obligado a retirar, en un plazo no mayor a 180 días, los carteles publicitarios que se encontraban a lo largo de la avenida Lugones. El encomiable fallo judicial señaló que correspondía al Gobierno de la Ciudad, mantener "un ambiente sano y la seguridad pública"[5]. Esta resolución tomó en cuenta tanto la seguridad vial, como también, el mantenimiento de una zona más limpia de carteles. Pero, actualmente, la avenida Lugones y la Ruta Panamericana (Ruta 9), sigue incorporando carteles de gran tamaño tapando árboles, señales de tránsito y puentes, no dejando apreciar el paisaje verde y relajante que hay detrás de ellos, como también el manejo seguro de vehículos.
En conclusión puedo decir que, si bien la Publicidad de Vía Pública es un medio que ayuda a las empresas, con y sin fines de lucro, a publicar un aviso determinado en la ciudad, también se debe tener en cuenta las consecuencias que ésta provoca a través de sus diseños, de sus inmensos tamaños y distintas formas, y el exceso de cartelería (que se ha ido incrementado con el paso del tiempo) en el espacio público ya que, los problemas que causa en los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano son importantes, como por ejemplo: los accidentes automovilísticos que son desencadenados a raíz de la distracción de los conductores y los peatones, por los impactantes carteles. Por lo tanto, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para evitar estos problemas, tiene el deber de hacer cumplir las reglamentaciones existentes en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires y de procurar el bienestar de la sociedad, como así también, establecer sectores de la Ciudad de Buenos Aires que sean aptos para colocar cartelería y, también determinar su cantidad.

Bibliografía consultada:
Alvarez Debans, Norberto. “Impacto de los cinco sentidos”. Buenos Aires. Valetta Ediciones. 2000.
Russell, J. Thomas y Lane, W. Ronald. “Publicidad, decimocuarta edición”. México. Pearson Educación. 2001.

Visita Internet:
www.ambiente-ecologico.com/ediciones/2001/081_12.2001/081_Columnistas_LuisCastelli.php3www.laprensa.com.ar/secciones/nota.asp?ed=2043&tp=11&no=66588

http://html.rincondelvago.com/contaminacion-visual.html

Citas:
[1]Álvarez Debans, Norberto. “Impacto de los cinco sentidos”: La Polución visual es el “exceso de mensajes en la vía pública de superficie que deterioran el paisajismo urbano y lo vuelven caótico, al perder toda armonía y superar la densidad lógica de elementos, y peligroso al no respetar la señalización de tránsito del lugar y las cercanías”.
[2] Publicidad de Vía Pública son todos los avisos (comerciales o no) que están ubicados sobre las principales calles y medios de transportes, con el fin de producir un impacto visual en los transeúntes.
[3] Contaminante es todo elemento o actitud que altera un entorno, y origina un cambio negativo en la población.
[4] Extraído de:
www.ambiente-ecologico.com/ediciones/2001/081_12.2001/081_Columnistas_LuisCastelli.php3
[5] Ídem nota 4