Por Juan Ignacio Monicat (*)
El principal
factor externo que influye en el consumo de la población es la situación
económica del país. La inflación, la presión fiscal cada vez mayor y el temor a
futuras devaluaciones es el escenario donde el consumo se encuentra al día de
hoy en nuestro país.
La gente
tiende a suprimir gastos que realizaba habitualmente, como ir a comer afuera o
irse de vacaciones fuera de temporada o
decide consumir segundas marcas o disminuir el consumo en tecnología y
entretenimiento.
El ahorro,
la contra cara del consumo, es un fenómeno que en 2014 tiene un gran
protagonismo, a diferencia de años anteriores. Cada vez más personas destinan
sus ahorros al atesoramiento de moneda extranjera o a la compra de bonos para
inversión.
Todos estos
factores llevaron a que en 2014 haya una desaceleración en el consumo y que
muchas empresas, multinacionales, nacionales y PYMES tengan que adoptar nuevas
políticas de ventas. Como muchas otras, mayoritariamente PYMES, debieron dejar
de funcionar debido al descenso del consumo.
Según la Unión de Trabajadores Gastronómicos (Uthgra), en lo que va del año,
cerraron 270 bares y restaurantes. Esto representa a 4200 puestos de trabajo
(2). El principal motivo de estos cierres es la inflación, que aumenta
los costos de los comercios y la baja del consumo, que derrumba las ventas y se
les hace imposible mantener el negocio. La opción de cerrar es la salida más
fácil que tienen los dueños.
También la
inflación repercutió en los servicios públicos, como el gas natural. A la ya
conocida quita de subsidios se le sumaron aumentos de la tarifa propuestos por
el gobierno en donde se registraron subas, entre Marzo y Agosto, que van desde
un 207% a un 650%. Esto impacta directamente en el poder adquisitivo,
mayoritariamente de la clase media y en el consumo, ya que debe destinar un
mayor porcentaje de sus ingresos a los
servicios públicos. Estas medidas desalientan al consumo de la población en el
sector privado.
Como
mencioné antes, las empresas deben reinventarse para poder superar el problema
actual del consumo y generan estrategias en cuanto a los costos y a los
productos que comercializan.
La industria
automotriz fue una de las que más sufrió el descenso del consumo y la mayoría
de las empresas de este rubro debió implementar estrategias de costos muy
drásticas, como la suspensión de empleados, despidos voluntarios y bajas en la
producción. Por ejemplo, la
multinacional Volkswagen sufrió una baja del 42,5% en las ventas en
concesionarias. En el mismo mes registró una baja en la producción de
automóviles del 34,5%(3). Conociendo la tendencia del consumo ellos
tomaron decisiones sobre la producción que les permitió adaptarse al momento
que están transitando la mayoría de las empresas de este mercado.
El gobierno
también emplea estrategias para alentar al consumo, como el Plan ProCreAuto,
donde brinda créditos para comprar autos 0km con un interés bajo.
Otra
modalidad que estudia el Gobierno es un plan con los bancos y a las tarjetas de
crédito para volver a permitir la compra financiada en doce cuotas sin interés
(1). Esta modalidad ayuda a
aumentar el consumo en mercados en donde han caído mucho las ventas y permite a
la población acceder a productos que, con la recesión económica habían dejado
de consumir.
Como
mencioné al comienzo, la economía del país en el año 2014, impacta sobre el
consumo. Cada individuo tiene un hábito para el consumo, que se ve invadido por
factores externos que lo condicionan. Una persona que es fanática de la
tecnología, a pesar de la inflación, probablemente siga consumiendo tecnología
en igual medida pero, indefectiblemente, deberá dejar de consumir otros
productos, como alimentos de primera marca, salud, ocio y vacaciones.
El panorama
del consumo en Argentina hoy en día, es desalentador y requiere de creatividad
y buena toma de decisiones por parte de las empresas para lograr sobrellevar la
situación. Por otro lado, los consumidores también apelan a la creatividad y
nuevas modalidades a la hora de consumir, es por eso que el gran desafío de las
empresas es adaptarse a estos métodos del consumidor y ajustar sus costos al
máximo posible.
(*) Juan Ignacio Monicat es alumno de la Universidad J.F. Kennedy
Carrera: Comercialización.
Materia: Comportamiento del Consumidor
Materia: Comportamiento del Consumidor
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