lunes, 22 de enero de 2007

Televisión del Infoentretenimiento

EN LA TELEVISIÓN DEL INFOENTRETENIMIENTO OPERA EL OBJETIVO DE REEMPLAZAR AL CIUDADANO POR EL CONSUMIDOR

En la TV del infoentretenimiento, en que la lógica del espectáculo tiende a dominar los productos de los medios masivos de comunicación actuales y futuros, opera el objetivo implícito de reemplazar al ciudadano por el consumidor.

Por Vanina Ferreyro

Vivimos en esta época uno de los fenómenos más críticos, discutidos y estructurales: la sociocultura del infoentretenimiento. Bajo este rubro, bajo este cocktail de información y entretenimiento, de temas pesados e intrascendentes o banales, de argumentación y narración, de tragedias sociales comunicadas en tiempo de swing o de clip o narradas como películas de acción, pueden ubicarse los programas pertenecientes al género de talk-show y reality-show, a los que haré referencia en este primer trabajo práctico.

La construcción del verosímil se relaciona con la forma en que cada uno de estos programas reconstruye y muestra la realidad mediante sus modalidades enunciativas y el contrato de lectura que establecen y mantienen con sus públicos. Esto implica considerar desde dónde habla el texto y a quiénes habla; este efecto de verosimilitud conecta cada noticia com el imaginario del lector y con el sistema de valores y de creencias que una comunidad comparte.
Según lo anteriormente citado, los talk-show se estructuran sobre la narración de casos pertenecientes a un universo primordialmente femenino, tomando en cuenta las problemáticas que debe enfrentar el sujeto social en el mundo actual pero remitiéndose siempre al ámbito de lo privado.

Así, se incluyen en la agenda de los programas temas que son de interés para una audiencia, en su mayor parte femenina, que comparte una serie de problemáticas con las cuáles puede identificarse o diferenciarse, pero las que remiten siempre a problemas verosímiles que son creíbles, posibles y verdaderos en el imaginario femenino. En lo referente al enunciatario, a quién está dirigido el mensaje, podría decirse que el construído por este tipo de programas es un segmento de la población femenina, del tipo mujer-ama de casa quien se preocupa por los conflictos cotidianos. La vía argumentativa que vehiculiza a los testimonios narrados es la de conmover, con la cual se busca movilizar los sentimientos.

En los casos de reality-show la realidad se construye a partir de casos privados y de acontecimientos públicos. Aquí, una de las modalidades utilizadas que se refiere al modo en que el programa construye el verosímil, es decir que intenta conferir a un acontecimiento la categoría de posible y creíble, es la vía de las dramatizaciones y reconstrucciones de casos que se estructuran según las reglas del infoentretenimiento, y que se sirven de recursos teatrales, sonoros y corporales. De cruce entre realidad y ficción, estas representaciones son puestas en escena al estilo de "docudramas". A la hora de analizar si esta modalidad o la de otorgar un gran espacio a testimonios o declaraciones no chequeadas , causa en el público un efecto de verosimilitud, se presentan dificultades dadas por el cruce entre información y entretenimiento. Lo que sí es evidente es la jerarquización, el tratamiento y el espacio dedicado a ciertos casos criminales o insólitos por medio de dramatizaciones que remiten al efecto de querer mostrar los hechos como verdaderos.

En ambos casos, la espectacularización de la vida privada da cuenta de la fragmentación del espacio público, y por consiguiente, de la conversión del espacio privado en un ámbito donde los sentimientos más primarios son susceptibles de ser compartidos por los demás seres humanos.
Estos subgéneros (talk-show y reality show) le dan a la narración un espacio preponderante. Se estructuran a partir de los relatos de la vida privada de personajes públicos o desconocidos, a partir de su intimidad, sus problemas, hábitos y prácticas cotidianas. Aquí se asiste al peso de la narrativización de la información. Esta fascinación por lo ajeno puede entenderse a partir de la rutinización de la vida cotidiana de los espectadores, por lo que se interesan por las microbiografías de vida.

En el caso de los talk-show, en general, el criterio de noticiabilidad en el que se basan para incluír, excluír y jerarquizar la información es la cualidad/proximidad cultural en tanto se abordan problemáticas cotidianas con las que se identifica su audiencia, en su mayor parte femenina. Los temas tratados no constituyen series ya que no se desarrollan en una secuencia temporal, sino que se presentan casos que se renuevan a diario (salvo raras ocasiones en las que se dedica a lo sumo dos emisiones a un mismo tema). Esto hace que la agenda de los programas gire en torno a un sólo caso por día y la jerarquización esté dada por la fuerza de los testimonios.
Por su parte, los reality-show, generalmente, para modelar los productos informativos, utilizan los criterios de proximidad geográfica y cultural, ineditismo, impacto sobre la Nación y el interés público. Dan cuenta del privilegio en extensión y ubicación de los casos más efectistas o amarillistas, es decir, los que apelan a los sentimientos y emociones del televidente. Esto está íntimamente relacionado con el creciente interés del público por las secciones blandas y temas muchas veces banales o intrascendentes en detrimento de las secciones duras de los medios.
En ambos casos, la narración es utilizada como ingreso o en reemplazo de la información y la argumentación; es necesario plantear la diferencia entre la información según el recurso de la narración y, por otro lado, la ficcionalización que se refiere a la puesta en escena de recursos teatrales, efectos, etc. El primero hace uso del discurso narrativo para el relato de casos; el segundo privilegia la espectacularización, es decir, trata la información a partir del cruce entre realidad y ficción.

Conclusiones:
Es posible desarrollar algunas conclusiones en lo concerniente a las imágenes del mundo que construyen los casos analizados (y los medios en general), de los supuestos sobre los cuáles construyen y presentan la información, de la imagen construída de los televidentes y del enunciador del programa y de su relación con la agenda pública y el debate público.
Se plantea claramente un desdibujamiento de las fronteras entre lo público y lo privado; la tensión entre lo local y lo global, entre la homogeneidad y la heterogeneidad y algunas problemáticas que definen a la sociedad post-industrial han influenciado los procesos productivos en los medios. Los medios masivos de comunicación pretenden, hoy, mostrarse como el espacio de lo público, funcionando casi como una institución pública que busca reglamentar en el imaginario social, normas compartidas bajo el soporte discursivo de corte narrativo, emocional, y con la necesidad de un formato estético simple pero llamativo.
En el caso de los talk-show, sus televidentes comparten casi con seguridad un conjunto de valores propios y les agrada conocer otras historias de vida para poder sentirse identificados/as o comprendidos/as. Este tipo de programas operan con frases que apelan a involucrar a la generalidad de sus televidentes (nos, nuestros, nosotros/as). La situación comunicacional se da en un espacio donde los casos pueden narrarse libremente e identificarse con el dolor, la alegría o cualquier sentimiento básico que puede ser compartido por el resto; incluso con el conductor/conductora del programa que construye una imagen que tiene que ver con alguien que escucha y siente los testimonios.

A diferencia de los talk-show, los reality show construyen una gran variedad de imágenes del mundo y de sus actores sociales, ya que por lo general, parecen dirigirse a un espectro amplio y de disímiles características. So objetivo es otorgar a lo narrativo un espacio preponderante; quizá sea posible conjeturar que trabajan con el supuesto de que los televidentes quieren ver absolutamente todo en el momento en que los acontecimientos están sucediendo y que se siente atraído por la intimidad de víctimas, testigos e implicados. Muchas veces se seleccionan temas a tratar que pueden no ser compartidos por otros medios o no ser relevantes para la vida en sociedad.

A partir de la espectacularización de la información, de dejan a un lado problemáticas sociales que le incumben al público como ciudadano; de este modo se evita el compromiso de generar un debate público real en el que pueden tematizarse y discutirse cuestiones que aquejen a la ciudadanía, y en el que se genere un espacio democrático a partir de la expresión de todos los sectores de la opinión pública.
Las noticias pueden considerarse tanto un strip-tease social como una censura; por un lado se instala la ilusión de verdad al mostrar todo lo que ocurre y al mismo tiempo se desinforma y confunde. Muchas veces se utilizan criterios para transformar un hecho en noticia y modalidades enunciativas que dan cuenta de un periodismo sensacionalista.
En este tipo de programas híbridos y de cruce entre realidad y ficción, el periodista relega su rol de interpretador por el de, a lo sumo, mediador entre invitados, mediador de imágenes o de informaciones intrascendentes. La idea de la tarea periodística en los subgéneros mencionados y, en general, en la TV del "infoentretenimiento" en que la lógica del espectáculo tiende a dominar los productos mediáticos está alejada del objetivo por el que Rodolfo Walsh pensaba el oficio de ser periodista: el de servir a la ciudadanía, el de luchar por la justicia.

Acerca de la recepción que el público hace de este tipo de programas, es necesario tener en cuenta que los espectadores consumenlos productos mediáticosde forma aleatoria e imprevisible. Probablememte, lo único que pueda plantearse acerca del interés del público por conocer historias de vidas ajenas, escuchar confesiones de funcionarios, autoridades, etc. y del que presentan todas estas personalidades por aparecer en los medios para legitimar sus figuras, pueda relacionarse con la fragmentación del espacio público y el debilitamiento de las instituciones.
Si antes comunicar significaba la nobleza del diálogo, ahora significa la alianza entre la industria del espectáculo, el reinado de la publicidad y la primacía de la tecnología.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sera el infoentretenimiento, ¿Será en un futuro el post periodismo?. Ya que al mismo tiempo nos informamos y pasamos un buen rato